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Consideraciones generales sobre el contexto

En Bolivia el haba constituye una de las fuentes principales de alimentación de la población andina rural, indispensable como fuente de proteína (23 -24% producto seco); razón por la cual frecuentemente se la denomina como la carne de los pobres.

Debido a su rusticidad, se constituye en uno de los cultivos mejor adaptados a la zona del altiplano y cabeceras de valles, sobre todo a regiones naturalmente húmedas o con riego, como parte de la rotación tradicional.

Las alturas de la región andina son los únicos lugares de Bolivia donde es posible producir haba de grano grande conocida como habilla (Major), la misma que satisface las exigencias de calidad del exigente mercado internacional.

Potosí es el departamento que mayor potencial ostenta para la producción de haba. De las casi 11.000 hectáreas que se cultivan en Bolivia, un poco más de ocho mil hectáreas se hallan en el departamento, lo que implica que es el primer departamento productor de esta leguminosa en Bolivia.

Se distinguen en general dos grupos de variedades: aquellas adaptadas a los valles templados destinadas al consumo en fresco o verde, y las variedades de zonas altas destinadas para grano fresco y/o seco.

Las habillas son variedades de grano grande(Major), las más conocidas son la Turiza, Chillcani y Samasa Identificadas en las comunidades asociadas a ASOHABA y registradas en el registro Nacional de Variedades. Sus granos pesan por encima 1,8 gramos/unidad, y alcanzan la madurez en grano seco entre los 6 a 8 meses después de la siembra; las plantas alcanzan entre 1,5 a 2 m de altura, formando abundante follaje con 6 a 10 ramas por planta. Los rendimientos medios en la zona de Puna, se encuentran 2 a 2,5 TM/ha